INGREDIENTES:
- 1 masa quebrada/ brisa
- 200 ml de nata
- 150 ml de leche
- 4 huevos
- 1 pizca de sal
- 1 pizca de nuez moscada
RELLENO: 1 cebolla, 240 g de bacon picado, 2 cucharadas de aceite de oliva (AOVE), queso gruyere o emmental rallado.
ELABORACIÓN:
Primero colocamos la masa en el molde redondo previamente engrasado con mantequilla o aceite ,o con papel vegetal, para que no se pegue. Ponemos encima garbanzos crudos para evitar que suba la masa. La metemos al horno precalentado a 180º con calor arriba y abajo durante 10 minutos.
Mientras tanto, picamos la cebolla en brunoise y la pochamos en una sartén con 2 cucharadas de aceite de oliva. Cuando esté la cebolla medio pochada, agregamos el bacon picadito y rehogamos. Cuando esté todo bien pochado, reservamos. Ya está listo el relleno.
Mezclamos en el vaso de la batidora la nata, la leche, los huevos, la sal (muy poca porque el bacon es salado) y la nuez moscada. Batimos todo bien con la batidora.
Ponemos la mezcla de bacon y cebolla sobre la masa quebrada. Vertemos encima la mezcla de nata, leche y huevos. Cubrimos todo con abundante queso rallado. Metemos al horno a 180º primero con calor arriba y abajo durante 5 minutos, y luego con calor solo abajo para que no se nos queme por arriba.
Cuando la quiche esté hecha y doradita, la sacamos del horno y dejamos atemperar. Podemos servir fria o caliente. Ambas opciones están buenísimas.
Esta quiche se puede hacer con cualquier relleno, yo he elegido bacon y cebolla, que es la tradicional, pero hay mil versiones.
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